La vida diaria de todos nosotros influye sobre la huella hídrica y de nuestras acciones depende que hagamos más o menos impacto sobre el medio. Si nos acostumbramos a tener hábitos más sostenibles lograremos entre todos reducir este gran impacto.
La huella hídrica se basa en la cantidad de agua que utilizamos en nuestros hábitos de vida diarios. Ya no solo en el agua utilizada en nuestros hogares, sino en el agua utilizada para producir los productos que consumimos habitualmente.
A veces no es suficiente adquirir unos buenos hábitos en relación con el agua en los hogares. Es necesario hacer una buena selección de productos en función de cómo son producidos en las industrias, ya que cada producto deja una huella hídrica distinta.
Cómo reducir la huella hídrica:
Reducir la huella hídrica es mayormente responsabilidad de las industrias y productoras, pero también está en manos del consumidor elegir productos producidos con el menor impacto posible.
Si queremos reducir la huella hídrica respecto a una perspectiva alimenticia deberemos reducir también los desperdicios de alimentos, ya que estos también implican un desperdicio de energía y agua.
El consumo de carne también supone un mayor gasto de agua y combustible que otros alimentos como son las legumbres.
Otra manera de reducir la huella hídrica en la alimentación es consumir productos de agricultura sostenible producida en empresas locales.
Desde una perspectiva energética deberemos comprar productos procedentes de energías eficientes que requieran de menos agua para la producción. También podemos hacer uso de la energía renovable nosotros mismos para así lograr dejar una menor huella.
Una reducción hídrica supone el ahorro de agua en el hogar para ahorrar energía. Un menor uso del agua supone un menor funcionamiento de las depuradoras. Realizando un consumo responsable de productos y comprando solo lo que necesitamos, se ahorra mucha más agua de la que imaginamos. Mucha más si hacemos uso de la reutilización y el reciclaje de productos.
Para finalizar, evitar beber agua embotellada debería ser un nuevo propósito para este nuevo año, ya que con este acto contribuimos a la reducción de plásticos que es hoy por hoy la mayor lacra para nuestro planeta.
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